Madrid, España. — El Equipo de Apoyo Social Comunitario (EASC) del Distrito Centro, que opera desde el Centro de Día de Soporte Social Distrito Centro «Las Letras», está llevando a cabo un proceso de acompañamiento e investigación/acción con estudiantes de educación social durante sus prácticas. A lo largo de esta experiencia, los estudiantes trabajan para desafiar sus propios prejuicios y construir una atención más empática hacia las personas con enfermedades mentales. Este proceso es guiado por Luis Rodríguez Sanz, educador social del equipo, quien asume el rol de tutor en este proyecto y lleva a cabo las sesiones de tutoría en línea a través de la plataforma de la universidad.
“Considero fundamental abordar el estigma hacia las personas con enfermedades mentales desde una perspectiva educativa, emocional y reflexiva. Uno de los aspectos más importantes es proporcionar un espacio seguro donde los estudiantes puedan confrontar sus propios prejuicios y miedos. Guiarlos hacia una comprensión profunda del impacto del estigma en la vida de los usuarios es clave, además de ofrecerles herramientas teóricas y prácticas para deconstruir esos estereotipos.”, explica Rodríguez Sanz. A través de las prácticas, los estudiantes participan en sesiones de reflexión y trabajo de campo que les permiten enfrentarse con una realidad que, en muchos casos, desconocían. “Lo que más me motiva de este proceso es ver cómo la práctica reflexiva y la intervención en entornos reales contribuyen a ese cambio. A través de la tutoría, los estudiantes adquieren una nueva visión, donde ven a las personas usuarias no solo por su diagnóstico, sino por su humanidad, sus capacidades y sus luchas. Ese momento de transformación en su mentalidad, cuando empiezan a tratar a los usuarios de manera más natural y espontánea, es muy gratificante.”, comenta Rodríguez, subrayando el cambio que observa en los estudiantes cuando empiezan a tratar a las personas con enfermedades mentales desde una comprensión más cercana y libre de estigmas.
El EASC ofrece atención en el domicilio y el entorno de personas de entre 18 y 65 años con problemas de salud mental. El equipo interdisciplinario, compuesto por psicólogos, trabajadores sociales y educadores sociales, busca no solo mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas usuarias, sino también brindar a los estudiantes una experiencia práctica en un entorno real. Esta formación permite a los estudiantes desarrollar un enfoque más humano y respetuoso en su trato hacia las personas con las que trabajan.
Rodríguez Sanz explica que parte importante del aprendizaje es fomentar la Observación Reflexiva, que ayuda a los estudiantes a cuestionar y avanzar en su visión sobre la salud mental: “Durante las sesiones de tutoría, animo a los estudiantes a discutir abiertamente sus emociones, sus impresiones y posibles prejuicios que hayan surgido en su interacción con los usuarios. Esta reflexión guiada permite que examinen sus propios sesgos y se sientan más cómodos con la incertidumbre o incomodidad que a veces genera el trabajo en salud mental.”. Con este enfoque, los estudiantes logran ver más allá de la teoría, entendiendo que trabajar en salud mental requiere una conexión humana, además de la preparación académica.
Para el EASC, este tipo de formación no solo transforma la visión de los estudiantes, sino que también genera un cambio positivo en la comunidad. “Los estudiantes, al inicio, suelen tener ideas preconcebidas sobre las personas con enfermedades mentales, influenciadas por estigmas sociales o por su falta de experiencia directa con este colectivo. Sin embargo, a medida que avanzan en su formación y a través de la tutoría, veo cómo empiezan a cambiar sus actitudes: se muestran más empáticos, abiertos y capaces de comprender la complejidad de la enfermedad mental sin reducirla a estereotipos”, comenta Rodríguez Sanz. Este compromiso del EASC con la comunidad y la educación social muestra cómo formar a futuros profesionales con una visión empática y libre de prejuicios puede ser una herramienta poderosa para combatir el estigma en la salud mental.
La experiencia que el Equipo de Apoyo Social Comunitario (EASC) del Distrito Centro brinda, es un ejemplo de cómo la educación social puede ser clave para construir un trato inclusivo y respetuoso hacia las personas con problemas de salud mental.