Familias construyen refugios para aves y murciélagos en una jornada educativa por la biodiversidad urbana

La UDC de Usera, en el marco de una iniciativa impulsada desde la biblioteca municipal San Fermín, acompañó a decenas de familias en una jornada de sensibilización y acción práctica para proteger la fauna urbana. Durante tres horas, madres, padres, niñas y niños aprendieron sobre la importancia ecológica de aves y murciélagos, y construyeron casas nido y refugios para facilitar su anidación en entornos urbanos.

La actividad, organizada con un enfoque educativo y participativo, tuvo como objetivo principal concienciar sobre el papel de las aves y los murciélagos en los ecosistemas de la ciudad, al tiempo que se promovía la cooperación familiar y el aprendizaje práctico de técnicas básicas de carpintería.

“Queríamos ofrecer una experiencia donde el conocimiento, el trabajo manual y la educación ambiental se entrelazarán. Pero también generar un momento de vínculo familiar con sentido comunitario”, destacaron desde el equipo organizador.

La jornada comenzó con una charla de sensibilización sobre los beneficios ecológicos de estas especies: control de plagas, dispersión de semillas, polinización, entre otros. También se abordaron las amenazas que enfrentan, como la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y la urbanización acelerada.

A continuación, se desarrolló un taller de construcción de casas nido, con materiales previamente preparados: piezas de madera cortadas, herramientas manuales, instrucciones ilustradas y la posibilidad de decorar los refugios con barnices naturales como el aceite de linaza.

Cada familia eligió el modelo de refugio según la especie que deseaba favorecer —carboneros, herrerillos, gorriones o murciélagos— y trabajó de forma colaborativa en su ensamblaje.

Una vez finalizada la construcción, los grupos se desplazaron al parque cercano, donde procedieron a instalar los refugios en árboles seleccionados. Se tuvieron en cuenta factores técnicos como la altura adecuada, la orientación y los métodos de fijación no invasivos para asegurar la estabilidad sin dañar la vegetación.

La jornada concluyó con una reflexión colectiva en la que se compartieron aprendizajes, emociones y el compromiso de regresar en los próximos meses para observar si las casas nido han sido ocupadas.

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