Todo el mundo puede acabar en una situación de sinhogarismo. Es la conclusión que se desprende después de haber hablado con muchas de las personas que han vivido en la calle y que forman parte del recurso del Área de Apoyo Residencial de la Fundación San Martín de Porres.
Los datos hablan más fuerte y dicen más que muchas palabras. La Comunidad de Madrid registró en 2022 una tasa de 67,6 personas sin hogar por cada 100.000 habitantes, la séptima menor del conjunto de autonomías, según la encuesta de centros y servicios de atención a las personas sin hogar publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE)
No tener garantía de acceso a servicios básicos como ducha, inodoro, comida caliente o Internet; o algo tan sencillo como no poder guardar documentación y pertenencias en un lugar seguro siempre que lo necesiten también repercute en todos los ámbitos de la vida. Hace más difícil mantener unos hábitos saludables, una alimentación adecuada, o contactos socioafectivos con otras personas. También perjudica, sin ir más lejos, la realización de trámites administrativos o la búsqueda de empleo.
El trabajo que desarrollamos en la Fundación San Martín de Porres va de la mano en acoger y acompañar a las personas que llegan a nuestro recurso comunitario en el camino hacia la autonomía personal que los lleva a una integración en la comunidad.
Entre las personas sin hogar las condiciones de informalidad, precariedad, temporalidad y bajos salarios en el empleo no les han permitido sostener una vinculación social y redes que evitasen el sinhogarismo
Muchas de las personas jóvenes que caen en el sinhogarismo por problemas multicausales son víctimas de aporofobia. La razón de ello es que tienen la seguridad de que, precisamente por su situación, no les van a aceptar en ningún empleo.
Dentro de los recursos que cuenta la Fundación San Martín de Porres se encuentra el proyecto impulsa, que cuenta con una Mini residencia y pisos de tránsito a la autonomía, son semi tutelados y pretenden otorgar autonomía a las personas, de forma temporal, mientras estabilizan su situación personal.
El trabajo se desarrolla en viviendas compartidas, con acompañamiento por parte del equipo técnico. con el que se busca proporcionar una vivienda individual y estable a la persona sin hogar al tiempo que esta recibe acompañamiento individualizado en su proceso de reinserción.
Durante el 2023 hemos acompañado a 23 jóvenes originarios de Marruecos, 01 de El Salvador, 01 de Ghana, 02 de Guinea, 01 de Perú, 01 de Senegal, 01 de Uruguay y 01 de Venezuela.


La mayoría de los jóvenes atendidos se encuentran entre las edades de 18 y 21 años, seguidos de jóvenes entre 22 y 25 años y entre 26 y 28 años.

Nuestro proyecto ha ofrecido un acompañamiento integral a los jóvenes, cubriendo diversas áreas fundamentales para su bienestar y desarrollo. Los principales tipos de apoyo que hemos proporcionado son:
- Acompañamiento jurídico y administrativo: Hemos contado con el asesoramiento de una abogada especializada para guiar a los jóvenes en trámites como la regularización de su situación administrativa, así como en asuntos legales relacionados con el empleo y otros ámbitos. Además, se han impartido talleres para empoderarlos y facilitar su acceso a los derechos y recursos comunitarios.
- Acompañamiento en salud: Hemos facilitado el acceso al sistema de salud público, ayudando a los jóvenes a obtener la tarjeta sanitaria y otros documentos necesarios. Asimismo, hemos promovido hábitos de vida saludables a través de actividades físicas y talleres de educación para la salud. En aquellos casos en los que ha sido necesario, hemos brindado apoyo psicológico especializado.
- Orientación laboral y formativa: Con el objetivo de fomentar su inserción laboral, hemos elaborado itinerarios personalizados que combinan formación y búsqueda de empleo. Un técnico especializado ha acompañado a los jóvenes en este proceso, proporcionándoles las herramientas y el apoyo necesarios para alcanzar sus metas profesionales.
- Apoyo psicológico: Reconociendo la importancia del bienestar emocional, hemos ofrecido sesiones de terapia individual y grupal para abordar las dificultades psicológicas que puedan surgir. Además, se han organizado talleres enfocados en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Proyecto Impulsa ha sido un espacio de apoyo integral donde los jóvenes han encontrado orientación, recursos y herramientas para superar desafíos y construir un futuro más estable y prometedor.
Como entidad social buscamos constantemente abordar el sinhogarismo desde una perspectiva integral que incluye la provisión de vivienda, la prevención y la adaptación de servicios a la diversidad social y cultural de las personas sin hogar.